Michael Rosa cultiva lo que era el pan de los taínos, un alimento que ha acompañado las sociedades del terruño borincano durante siglos: la yuca. El agricultor del barrio Aceitunas de Moca describe este farináceo como un cultivo noble y resistente. Su finca es de las pocas en el país que se dedican a producirlo y ve un gran potencial en su desarrollo, no solo como producto fresco. Por eso, Finca Hermanos Rosa trabaja ahora en darle valor añadido a su yuca, para llevarla al supermercado pelada y congelada, o lista para hacer masa, y que siga siendo alimento favorito de nuestra cultura.